Ése miércoles, bendito miércoles...

5:30 am suena el despertador, levantarse, preparar el café, hacer ejercicio, bañarse, elegir el outfit para ir a trabajar (esto puede tomar mucho tiempo jajajaja), manejar a la oficina, conversar y reírnos un rato con las chicas, revisar los correos, pendientes y reuniones del día, almorzar y seguir con la misma rutina por la tarde. Suena la canción en la oficina que nos dice que ya son las 6:30 y se acabó el día, si es que no queda nada urgente por cerrar. Ahora esperar tener algo de suerte y el tráfico nos permita llegar pronto a casa o a juntarse con alguna amiga, preparar la cena, darse un baño y al final a dormir temprano porque mañana se empieza denuevo.

Esto pasaba todos los días hasta ése miércoles, bendito miércoles, que en un intento de cortar la semana nos juntamos a conversar y entre bromas nos percatamos que el día a día no nos permitía tomar un espacio para cada una.

En ese momento decidimos relajarnos y hacernos unas mascarillas mientras que empezamos a hablar de todos los tips, productos y técnicas que habíamos escuchado sobre Skincare y así sin darnos cuenta nos logramos desconectar. Fue ahí cuando descubrimos que el cuidado de la piel debía dejar de ser una rutina y empezar a ser un ritual, un momento para disfrutar, relajarse y conectarse con uno mismo.

Esta fue la inspiración que semanas después nos llevó a fundar Aluvia, bajo la premisa de que todo podría cambiar excepto ese “Ritual”, el momento para uno mismo que siempre debe ser invariable. 

Eri y Machi